Casa de fuego
James Rosenquist American
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Rosenquist, que había trabajado como pintor de vallas publicitarias, inició su carrera como artista pop en los años sesenta, creando enormes e intrincadas composiciones. Casa de fuego irradia el dinamismo y el refinamiento sensual que han caracterizado su obra desde entonces. En este tríptico alegórico, objetos de la vida cotidiana cobran un significado amenazante: una bolsa de comestibles está misteriosamente suspendida en el aire, un cubo de acero líquido, de brillo sobrenatural, desciende a través de una ventana, y pintalabios de fieros colores están alineados como una batería de cañones. Las alusiones a la violencia, el sexo y el consumismo recuerdan obras anteriores, como la monumental F-111 de 1965, que combina imágenes de un avión caza de las fuerzas aéreas con otras de un niño y un montón de espaguetis, produciendo una aguda sensación de seducción y peligro.
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