Obispo sentado

A finales de la Edad Media, una escuela de escultores especializados en la talla de la madera de tilo floreció en la Alemania meridional. Uno de sus miembros más talentosos fue Riemenschneider, quien a veces no pintaba las esculturas destinadas a grandes retablos sino que entintaba algunos detalles en negro, como hizo con los ojos de esta figura, utilizando un barniz incoloro para el acabado. Este anciano obispo no ha sido identificado con certeza, pero es posible que representara a San Agustín o San Ambrosio, y que formara parte de un retablo de los cuatro Padres de la Iglesia paleocristiana. Sus facciones, talladas con gran sensibilidad y poder descriptivo, sugieren la intensidad psicológica y el fervor espiritual característicos del arte alemán de esa época.